A veces es una primera ronda del torneo queda bien marcado quien se va a quedar con el campeonato, o por lo menos entre qué equipos va estar. A veces puede fallar y eso es lo que ocurrió en esta ocasión. Bayard no llegó como candidato, pero se fue sacando a rivales muy duros en el camino y se quedó con la copa. En cuartos de final venció a Real Madrid, que había sido el equipo más goleador del torneo. En semifinal sacó al primero, Guanacos y en la final fue el turno de Sportivo La France.
Los primeros minutos de partido fueron de estudio, por no decir aburridos. Ningún equipo arriesgaba demasiado y las llegadas a los arcos eran aisladas. Bayard avisó con una buena jugada de Sebastián Barrientos, que se sacó de encima a algunos rivales y definió desviado, y a través de Juan Velázquez, que quedó mano a mano, pero el duelo lo perdió con Martín Solá, arquero de La France. Con el correr de los minutos el equipo blanco comenzaba a merecer estar en ventaja.
El primer gol del partido lo consiguió Barrientos, que robó la pelota en mitad de cancha y definió sin dejar chances a Solá. Los de azul se adelantaron y tuvieron su gran posibilidad con Agustín Solá, pero Leonel Skroback salvó en la línea. Bayard aguantó la embestida y cuando volvió a tener posibilidades no perdonó. Nacho Pastore convirtió por duplicado y puso la final 3-0. En el primero encontró un rebote de un tiro de Juan Velázquez y en el segundo con un tiro de afuera del área. Antes que termine el primer tiempo llegó el descuento de Sportivo La France.
La segunda mitad mostró una efectividad mucho menor a la de la primera, lo cual fue un negocio redondo para Bayard. A pesar de no ceder la iniciativa a su rival en ningún momento, el hecho de que no le conviertan hizo que la victoria no peligre en ningún momento. Sebastián Barrientos corrió con una gran intensidad durante los cincuenta minutos y fue quien más desequilibró en el partido, mientras que el resto de sus compañeros contribuyeron también para mantener la ventaja y gritar campeón.